sábado, 1 de enero de 2011

99% humillación

El 18 de diciembre Erik hacía una fiesta de fin de año en su casa, como no quería ir sola invité a unas amigas, el grupete estaba conformado por Mane, Gaby, Maru, Juli y yo. La noche empezó tranquila, charlando, tonteando, y de vez en cuando coqueteando con la parte masculina del evento, claro que con el correr de las horas y el alcohol todo se desvirtuó y terminamos haciendo una guerrilla de panetone de un lado al otro de la barra.
Pasado ya un buen rato, cuando la situación del panetone no daba para más, decidimos seguir la noche en otro lado, algún bailongo divertido quizás. Una chica de dudosa procedencia propuso ir a una fiesta del ambiente teatral, la pintó como una fiesta turbia, con mucho cachondeo, toqueteo a discreción y hormonas a flor de piel. No teníamos una opción mejor así que pedimos un par de taxis y salimos rumbo a la presunta fiesta clandestina del cachondeo teatral.
Era en una tanguería alquilada especialmente para la ocasión, en una vieja casa de altos. Estaba abierto y entramos, subimos la escalera y una chica desde arriba nos pidió que el último en pasar cerrara la puerta. Lo encontrado allí difería completamente de lo esperado, había diez personas, y la mitad eran púberes de quince primaveras recién cumplidas paradas estáticas en la pista. Las luces psicodélicas habían faltado sin aviso y la "música" salía de una precaria computadora, por supuesto que los parlantes y el amplificador tampoco habían sido tenidos en cuenta para la ocasión. De más está decir que del toqueteo ni rastros. Nos miramos, comentamos, nos reímos, y sin planificación alguna salió el primer trencito humano de la noche ante la mirada perpleja del puñadito de damicelas allí presentes. 
No fue mucho el rato que simulamos diversión, ya estábamos deliberando a qué lugar concurrir luego de tremebundo fracaso cuando volvió Gaby del baño manteniendo una acalorada discusión con un morenito de sospechosa estampa, en un primer momento nos ilusionamos ante un potencial toqueteo, pero en seguida notamos que efectivamente se trataba de una pelea. El moreno estaba realmente molesto y Gaby ciertamente no la estaba pasando bien. Fuimos a socorrerla. Aparentemente, el muchacho le reclamaba que ella no había pagado la entrada, ¿cuál entrada? "Esto es una fiesta privada" alegó. ¿Qué fiesta? ¡por Dios! Lavate la boca antes de decir "fiesta privada" atrevido. ¡Por lo menos alquilate unas luces hijo de puta! Julia, con la rapidez que la caracteriza, dijo enseguida que ella le había pagado a una señora (imaginaria por supuesto) que estaba sentada en la puerta, lo que despertó la ira del muchachito. "Se tienen que ir" decía desesperado y cada vez más indignado ante nuestras carcajadas y llantos de risa. 
El momento cúlmine de la noche fue cuando el macaco este empezó a gritar como un desaforado: "¡Paren la música! ¡Paren la música!" y ante un silencio abismal, nos miró, nos señaló con las dos manos y los diez dedos y gritó hacia una veintena de damicelas: "¡Ellas no pagaron la entrada, se tienen que ir!!!" No habían pasado ni dos segundos cuando todas las miradas apuntaron a nosotras, haciéndonos sentir la peor escoria del mundo. Unos cientos de años atrás nos hubieran prendido fuego en la plaza pública, pero esta vez nos empujaron hasta la puerta abucheándonos al grito de "¡abusadoras! ¡ladronas! ¡estafadoras!" Julia se revolcaba en el suelo y yo ni veía de la risa. No podíamos creer que nos estuvieran echando de la peor fiesta de la historia, quitándonos el derecho a irnos por nuestros propios medios. Sinceramente lo más cercano a la humillación que he vivido en mis treinta y pocos años de vida. 
Un saludo cariñoso al moreno que nos hizo vivir un momento inolvidable, y un infinitas gracias a la hija de re mil putas que tuvo el tupé de recomendarnos esa fiesta pedorra.

2 comentarios:

flower dijo...

jaja!, muy buen relato, aclaro que yo no soy la chica de dudosa procedencia que propuso la fiesta teatral, yo ni siquiera participé de todo el encuentro, hecha la aclaración, duermo tranquila, besotes!

Anónimo dijo...

DONDE ESTAS?